Pavese Cesare
Trabajar cansa - Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
2ª ed. Córdoba: Alción Editora, 2018
232 p. 12.5 x 18.7 cm.
Traducido por Rodolfo Alonso
ISBN: 978-987-646-237-2
1. Poesía italiana. 1. Alonso, Rodolfo, trad. II. Título
Datos de autor:
Cesare Pavese nació el 9 de septiembre de 1908 en Santo Stefano Belbo. Su padre, hijo de agricultores, era funcionario judicial en Turín. En ese medio campesino transcurrió su infancia. En Turín se gradúa en Letras (1930) con una tesis sobre Whitman. Comienza a traducir la mejor literatura inglesa y norteamericana. Arrestado por antifascista el 15 de mayo de 1935 es confinado en Brancaleone Calabro, de donde vuelve en marzo de 1936. Ese año Solaria publica la primera versión de Lavorare stanca. Fue amigo de Leone Guinzburg y Giaime Pintor, caídos en la lucha por la liberación. Vivió mucho en Turín, donde llega a dirigir la célebre editorial Einaudi, que lanza su primera novela: Paesi tuoi (1941). Siguió un período intensísimo sobre todo en la posguerra, cuando logra una perfección de estilo y una riqueza de lirismo ampliamente reconocida por la crítica. Pese al consagratorio Premio Strega por La bella estate se suicida en Turín, en un cuarto de hotel, el 27 de agosto de 1950. Dejó abierto uno de sus libros más significativos: Dialoghi con Leucò (1947), en cuya primera página escribe: “Perdono a todos y a todos pido perdón. ¿Está bien?”.
Contratapa:
“Fuente de la poesía es siempre un misterio, una inspiración, una conmovida perplejidad ante algo irracional – tierra desconocida. Pero el acto de la poesía –si es lícito distinguir así, separar la llama de la materia ardiente– es una voluntad absoluta de ver claro, de reducir a razón, de saber. El mito y el logos. Quien ha visto una vez en la propia inspiración, quien ha reducido a palabras, a lenguaje, articulándola en el tiempo y en el espacio, la extática maravilla del ser, resígnese y a propósito del mito en cuestión no se finja a sí mismo, para volver a gustar el tormentoso placer, una virginidad que ha perdido. Sí, entendámonos bien, su visión, su reducción del mito a figura, ha sido exhaustiva y soberana (y tal visión no es nunca deslumbrante; se necesitan días y hasta años de tormentosas tentativas y búsquedas); puede conformarse y esperar, con ecuanimidad, que de la maraña de la conciencia, del recuerdo y de la maceración le nazca una nueva virginidad, una nueva inspiración, un nuevo mito.”
Cesare Pavese