Autor: Surghi Carlos ISBN: 978-987-646-120-7 Cant de Páginas: 140 Tapa: Medidas: 21 x 15
Primera edición diciembre de 2009
ISBN: 978-987-646-120-7
135 páginas
Datos de autor:
Carlos Surghi nació un 9 de agosto de 1979.
Poeta, ensayista, crítico literario y licenciado en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba. Becario del CONICET en el Centro de Estudios Avanzados de la UNC e Investigador en Literatura Argentina en el Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la misma Universidad. Sus ensayos han sido publicados en diversas revistas del país y del extranjero.
Ha publicado los libros de poemas Mujeres enamoradas (2006), por el cual recibió el Premio Estímulo 2005 de la Agencia Córdoba Cultura, y Regalo de bodas (2007).
Contratapa:
En este libro, Carlos Surghi realiza las tres maneras posibles de leer a un poeta, que son como círculos concéntricos que rodean un punto de silencio, o sea, el final de una obra, la muerte de su autor. En primer lugar, lo que se dice a su alrededor y lo que él mismo dice, expresa, propone. Se leen entonces los ensayos del poeta y los ensayos sobre el poeta. Son los protocolos de una práctica que en el caso de Perlongher se relacionan con una crítica de las clasificaciones sexuales; pero también es la crítica literaria que convierte esa práctica en conversaciones o discusiones. La segunda manera lee los ancestros que el poeta se ha dado, los autores que cita y los nombres de sus compañeros de barco, "neobarrocos" en este viaje particular. Es la retórica que Perlongher pliega y repliega hasta llevarla mucho más allá de su puerto de partida. La tercera manera, finalmente, procura pensar los poemas, seguirlos, buscando el fin de la escritura, el punto definitivo en que todo adquiere sentido porque ya no hay nada más. Se trata de una semántica de lo fatal, de poemas que literalmente le ponen ritmo e imágenes al hecho de estar muriendo.
No es el menor logro de este libro ese tránsito progresivo hacia la poesía de Perlongher y en especial hacia sus últimos poemas, donde la enfermedad, la iluminación, el éxtasis trastornan toda posición tomada, toda retórica y toda referencia en el orden del lenguaje. En ese punto, ya se abandonó cualquier reivindicación, hasta la que meramente reza: "soy un poeta, escúchenme". Los ensayos de Surghi entonces, que arrancan del cuerpo de la crítica, pasan por los fantasmas de los antepasados literarios y llegan a la intimidad de los poemas terminales, coinciden con la experiencia del poeta, que no se puede decir sin imágenes, puesto que –como postulaban los románticos de Jena– la verdadera crítica de poesía es siempre poesía.
Silvio Mattoni