© De esta edición, 2020:
CENTRE DE RECHERCHES
LATINO-AMÉRICAINES – ARCHIVOS
Université de Poitiers – CNRS (ITEM - UMR 8132)
Maison des Sciences de l’Homme et de la Société
Bât. A5 – 5, rue Théodore Lefebvre
86000 Poitiers (France)
[email protected]
Primera edición, 2020
En coedición con:
Alción Editora
Belgrano esq. O'Higgins, Anisacate
5189 – Córdoba (República Argentina)
Tel.: 0351 155143355
CUIDADO DE LA EDICIÓN:
Fernando Colla
CORRECCIÓN:
Aurore Baltasar
ILUSTRACIÓN DE CUBIERTA
Autorretrato, José María Eguren
Impreso en Argentina
José María Eguren (1874-1942)
Obras completas / Ricardo Silva-Santisteban y Daniel Lefort;
edición crítica,
Ricardo Silva-Santisteban y Daniel Lefort, coordinadores, 1.a
edición
Poitiers, CRLA-Archivos, 2020
Córdoba, Alción Editora, 2020
(Colección Archivos: 1.a ed.; 69)
I.S.B.N.: 978-987-646-994-2
I. Ricardo Silva-Santisteban y Daniel Lefort, coordinadores
II. CRLA - Archivos
III. Título. Serie: Colección Archivos (1.a ed.); 69.
Contratapa;
E n esas tardes y noches de invierno, al recorrer las calles empapadas por esa lluvia invisible que es la garúa, sumidas en la niebla que disuelve las casas y los árboles, no es imposible que quien recorre el barrio de Barranco se encuentre de pronto con el poeta José María Eguren (1874-1942), en la placita donde está todavía la casa donde vivió, escribió y jugó de niño, o en cualquiera de las calles paralelas, inmovilizadas en el tiempo, de un solo piso o a lo más de dos, con sus arbolitos y perros y gatos vagabundos, entre los hondos callejones donde se han ido instalando las familias de modestos ingresos. Ahí está él, con sus cabellos revueltos, sus ropas descuidadas de otro tiempo que parecen disfraces, y sus ojos de niño visionario y fantaseador, y en sus manos la maquinita fotográfica diminuta de su invención con la que tomaba fotografías de flores, avecillas y animalitos minúsculos, y acaso de las hadas, ninfas y seres fabulosos con que creó un mundo aparte, del que dan testimonios sus poemas y en los que él creía firmemente. ¿Cómo no hubiera creído en ellos, cuando él los inventó y les dio esa vida perdurable e intemporal que tienen los seres de la buena poesía? Marionetas, reyes de Hungría, la bella Mignón, las Señas, Odín, los Eddas, las Walkyrias, la Niña de la Lámpara Azul, el Dios cansado, Peregrín cazador de figuras, Syhna la Blanca, el Pelele, la Diosa ambarina, Juan Volatín, los Gigantones, Liliput, las Alfas, y tantas otras figuras del sueño y la fantasía, procedentes de países europeos que él nunca pisó. Las culturas alemana, escandinava, francesa, española y algunas asiáticas impregnan sus poemas así como su fantasía, sus sueños y visiones. El mundo poético de José María Eguren no tiene conexión con el de los poetas contemporáneos de su tiempo y, sobre todo, con el más popular de entonces, el estentóreo José Santos Chocano. Los historiadores de la literatura, en su empeño catalogador, lo llaman simbolista, pero, la verdad, Eguren tuvo poco que ver con aquella escuela; su mundo es privado, personal y único, hecho de invenciones y mezclas extraordinarias, procedentes de tradiciones muy diversas, apropiadas por esa sensibilidad exótica, individualista y esa imaginación de niño que impregnó su poesía de misterio y de magia y de seres rutilantes y extraños.
Mario Vargas Llosa