Autor: Heine Heinrich
ISBN: 978-987-1359-14-4
Cant de Páginas: 124
Tapa:
Medidas: 14 X 21
Nació en Düsseldorf (Alemania) y murió en París, donde había vivido desde 1831. Se inició en el romanticismo; su principal contribución lírica a este movimiento fue el Libro de canciones (1827), una de las obras fundamentales de la poesía alemana de todos los tiempos. Posteriormente, en Nuevos poemas (1844) y Romancero (1851), sin abandonar del todo la modalidad romántica, abrió brechas decisivas para la lírica moderna.
No fue menos exitoso y renovador al cultivar la prosa. Los Cuadros de viaje, que publicó paulatinamente (1826-1831), consolidaron su fama internacional. Como intérprete de la cultura de su propio país, dio a luz además una cantidad de ensayos, concebidos desde un agudo enfoque crítico, sobre la historia, la filosofía y la literatura alemanas. Desde las más recientes concepciones narrativas se valoran relatos suyos como Noches florentinas (1836) y El rabí de Bacharach (1840).
Ya en el siglo XIX la obra de Heine se difundió en el ámbito de la lengua castellana, por traducciones y comentarios críticos, pero sobre todo por la admiración de los autores. Gustavo Adolfo Bécquer, Rubén Darío, Leopoldo Lugones, Alberto Gerchunoff, Ezequiel Martínez Estrada, Jorge Luis Borges, entre muchos otros, lo recibieron de diversas formas con íntima adhesión, según ha sido estudiado por la crítica y se puede verificar en las obras de estos escritores.
Contratapa
Estas Confesiones son una autobiografía en que no cuenta lo sucedido sino cómo se descubren los cimientos de la existencia de un poeta. Que lo es realmente el autor, y enfoca desde este punto de vista los distintos aspectos (artístico, político, social, religioso, etc.) de su vida.
Heine no oculta ni disimula la amarga agresividad de sus críticas y protestas; pero también se vuelve decididamente contra sí mismo con el gesto del que quiere de una vez por todas llegar a la profundidad del propio ser. Escribe, como se desprende claramente de sus palabras, en una situación extrema, consciente de que está ante las últimas cosas, ante las últimas instancias. La grave enfermedad que lo aqueja influye por cierto en el tono de lo que dice.
Contiene este libro un testimonio impresionante de la existencia poética en la época moderna, no menos conmovedor por su áspera lucidez. Impresiona verificar hoy cómo Heine, ya a mediados del siglo XIX, entrevió situaciones artísticas, políticas y religiosas que sólo ahora empiezan a penetrar en la conciencia de pueblos y naciones. Y no sólo informa el autor judío alemán sobre su adhesión a la Biblia, a Moisés, al judaísmo, sino que también asume en los tramos finales la actitud de Job frente a Dios.