Autor: Landeira Lourdes
ISBN: 978-987-646-531-1
Cant de Páginas: 90
Tapa:
Medidas: 19x13
Lourdes Landeira nació en Montevideo en 1966. Desde 1985 reside en Buenos Aires. Entre las fronteras del río que siempre vuelve a cruzar retroalimenta búsquedas y pasiones. Periodista devenida escritora. Participa en talleres literarios desde las dos orillas, como alumna y como docente. En la actualidad integra la revista digital: www.elanartista.com.ar. Jurado del concurso literario Finedu "Cuentos de la Argentina de hoy" (edición 2014 y 2015).
Sospecha de pájaro es su primer libro.
Contratapa:
¿Qué se espera de un pájaro salvo su vuelo? Pájaro entretejido con el paisaje tramado por la arboleda, la poesía de Lourdes Landeira puede leerse como quien tira del hilo del cuadro y se detiene de golpe. Entonces, lo que resta entre la singularidad y el mundo es tiempo goteado: una tos, un temblor de niña fuera de infancia, de niña sorprendida ante las líneas sobre la planta de su propio pie. ¿Cuándo se ha dibujado ese mapa, si todo siempre es de a ratos sol, de a ratos niebla? Y en los intersticios entre perspicacia y ternura, ¿puede la sospecha dejar de fruncir el ceño y ser ese escarabajo que empuja sus crías hacia otro mediodía del sol?, ¿puede el pájaro arrastrar su raíz horizontal sin que la arboleda le vuelva a obligar las alas?
Cuidado con el paisaje. Después de haber hablado mucho, después del abrazo de la enramada, queda esa ausencia incandescente donde el tiempo hace grumo, como si dejara de gotear. Sospecha fuerte la poesía de Landeira: la inmovilidad es una veleidad del bosque, un exceso del mundo al disimular sus groseras imperfecciones.
Porque la arboleda no puede escapar a la alternancia de una vez sol y otras tantas, niebla. Y ahí es donde la palabra se cuela -discreta- y encandila el esplendor del bosque. Ahí, en esa simulación de quietud que la arboleda llama silencio, ella despliega sus alas como si realmente fuera a lanzarse en alto vuelo.
El paisaje entero está expectante, ¿qué se puede esperar de un pájaro salvo el vuelo? Llega entonces el turno de la infancia sorprendida en un cruce entre dos líneas sobre la planta del pie. El pájaro se anima, extiende sus alas, promete, sugiere y -a punto de ser de aire- invierte, trueca, vacía la expectativa.
De soledad tan potente, el pájaro se echa andar.
Gabriela Stoppelman