Autor: Ortiz Marta
ISBN: 978-987-646-557-1
Cant de Páginas: 130
Tapa:
Medidas: 19x13
Marta Ortiz nació en Rosario (Santa Fe), donde vive. Es Profesora y Licenciada en Letras egresada de la U N R. Publicó El vuelo de la noche (premio de cuento Bienal Internacional Puerto Rico 2000; La Editorial, Universidad de Puerto Rico, San Juan, P.R. 2006); Diario de la plaza y otros desvíos (poesía, El Mono Armado, Bs. As. 2009); Colección de arena (cuento, Editorial Fundación Ross, Rosario, 2013). Poemas y cuentos suyos integran antologías publicadas en soporte papel y digital. Co-dirigió la colección Narrativas Contemporáneas para Editorial Fundación Ross (Rosario); co-compiladora de las antologías El río en catorce cuentos y Mi madre sobre todo (Edit. Fundación Ross, Rosario, 2010 y 2011). Su cuento Sicómoro, traducido al alemán, integra la antología Narradoras argentinas del siglo XX (editorial Trafo, Berlín, 2014). Colabora con reseñas críticas y textos de creación en medios culturales de su país y del extranjero.
Desde 2003, coordina los talleres de Lectura y Escritura Ópera Prima y un taller de Lectura Crítica. Se desempeñó como jurado en concursos de narrativa y poesía. Coordina la sección Literatura de Replay Revista (web de Periodismo Cultural). Edita el blog "Vuelo de noche": http://www.marta-ortiz.blogspot.com/
Casa de viento fue finalista del II Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador (Salamanca, España, 2015).
Antes de la aparición del don sucede su montaje, su prepararse al nacimiento.
Si la casa es de viento, puede provocarse un doble efecto. Puede construirse o destruirse. También que estos momentos uno y otro con toda su efectividad, no se detengan jamás.
Una producción penelopeana o trabajo del poeta, sin importar el género. Pero acaso, ¿importa el género en el poeta o lo que importa es su madera y su ubicar la hierba, el barro, el hilo?
Es en el desierto de la página donde se forma la biblioteca. Se irán forjando los dones. Recibimos al abrir esta Casa de Viento: el pedal de la Singer, la nevisca de ciruelo en primavera, el diario de decepciones, del dolor y la humillación. El ácido en el cuerpo adolescente pero también El Río padre. Paisajes capaces de des-amparar- nos. Oímos el crujido de la tarde en la siesta derretida.
Esta Casa ya respira aires nuevos, dones. Marta Ortiz suma al anaquel- mi casa de viento
Al escribir nos ofrece posesiones nuevas, nos muestra cómo la breve vía láctea- cubre el piso. Y funda, una vez más, la mirífica, inagotable, Casa de Viento.
Susana Szwarc