Autor: Baudelaire Charles
ISBN: 950-9402-344-8
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Traducción, presentación y notas:
Julio Azcoaga
Charles Baudelaire poeta y escritor francés. Nació en París en 1821 y murió en la misma ciudad en 1867.
Maestro de la escuela parnasiana. En Las flores del mal (1857) alcanza perfección de estilo, belleza clásica.
Los Pequeños poemas en prosa, las traducciones de E. A. Poe y las críticas sobre el arte romántico ponen de manifiesto su búsqueda de una estética nueva.
El pintor de la vida moderna fue escrito originalmente a principios de 1860, el cual fue rechazado por sucesivos periódicos, hasta que finalmente Baudelaire logró verlo publicado en tres partes en Le Figaro, el 26 y 29 de noviembre y el 3 de diciembre de 1863. A diferencia de sus incontables artículos y ensayos como crítico de arte, plasmando una agudeza y arrogancia difícilmente digerida por algún artista, con excepción de sus amigos, en este libro, Baudelaire hace una inusitada celebración de un personaje poco conocido en su época.
Se trata de Constantin Guys, a mitad de camino entre el poderoso género del caricaturista y del “Gran pintor”, el desconocido que vaga entre las multitudes, el viajero, y el corresponsal de guerra. Muy apreciado por algunas figuras de la talla de Théophile Gautier, y su respectivo cenáculo, Baudelaire ha llegado a conocer y a tratar a Guys, quedando cautivado con ese veterano hombre de mundo, y su estilo de glamoroso realismo. Un realismo tan fiel, que incluso evidencia su propia arbitrariedad, lo orquestado de su diseño; un realismo de instantáneas, que abre los ojos ante el creciente espectáculo de la vida moderna, tanto en sus fulgores ideales como al bajo y pequeño mundo de la metrópolis, y también sus adyacencias imperiales, guerras, colonias, exotismos, razas.
Se propone entonces bosquejar un ensayo, y aun conociendo la reserva y la aristocrática indiferencia de Guys a su exposición pública, lo toma como modelo, como objeto, prometiéndole a duras penas no mencionar su nombre, todo lo cual desemboca en la reiteración de una sigla secreta a lo largo del texto: M. G., es decir Monsieur Guys.
La metodología es clara, alegórica, el poeta en su escritorio frente a una porción de estos dibujos de Guys, otras referencias, y la fuente pictográfica de su propio pensamiento, alternando sensoperceptivamente entre unos y otros como quien penetra en diferentes tipos de muchedumbres, turbas, corredores, vitrinas, escenas, imágenes aun más vivas que la vida misma.