Descripción
Si eso que pasa por la boca de la persona en cuyo lugar habla el Dibuk es algo que vino de afuera, ¿de afuera de dónde? ¿De afuera de la carne, del cuerpo, de la enunciación? Parece que habría que responder que viene de adentro, pues ese es el lugar donde el Dibuk se aloja y desde donde habla por la boca de Lea. Pero es algo extraño en el interior de Lea o de cualquiera de los otros personajes poseídos. Eso que está poseído, el interior, la voz, el cuerpo, la carne, es objeto de posesión sin que el posesivo conquiste la reflexividad. Si alguna reflexividad aparece en los relatos, es la que instauran los otros en sus discusiones con el Dibuk.
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