Descripción
Flores, árboles frutales, plantas suculentas, hojas de jazmín que reviven y se transforman con el agua caliente, orugas, torcacitas, compost, maternidad… la poesía de María Belén Campero enhebra, borda y trama con los materiales sencillos de la vida diaria.
Mientras leía estos poemas sentía que los estaba atravesando, que pasaba por ellos como si caminara por una galería de enredaderas, llevándome conmigo algo de ellos agarrado al cuerpo, al pelo, a la ropa. Cuando morimos nos quedamos en casa no es un libro, es una experiencia hermosa.
Selva Almada
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