Descripción
Cruzaremos con reverencia el umbral de lo femenino si habremos de salvarnos. Escucharemos allí el susurro de una inocencia húmeda, de un jardín donde el pecado se ha ido, donde las heridas no cierran, florecen. Las dimensiones sutiles de la belleza -la niña, lo sagrado, la naturaleza, el silencio, la mujer, lo cotidiano, lo diminuto, la noche, el deslumbramiento, la tierra, el amor- habitan el universo de Nahilí Jarcovsky, su Casa en mi boca. Tierna morada poética de lo íntimo y lo abierto.
Ricardo Toledo
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